"Pasar el Verano" a pesar del calor, a pesar de la presión atmosférica y económica

El hombre es un animal de costumbre y muchas veces las costumbres, lo rutinario, hacen que uno se meta en una monotonía que haga que los días sean todos iguales, incluso los fines de semana.

Tanto es así el ritmo de la vida cotidiana que apenas hace 75 años, un 23 de enero, Juan Perón instauraba por decreto, las vacaciones para los trabajadores.

Algo impensado para la lógica capitalista de entonces, algo que muchos analistas políticos e historiadores catalogarían como medida populista surgida del fascismo italiano de Mussolini.

Pero que el peso de la historia ha demostrado superar las discusiones ideológicas y aceptado hasta desde lo científico como necesidad imperiosa para un buen rendimiento productivo, desde la mirada "capitalista".

Lo cierto es que en Verano se vienen las vacaciones para muchos, tradicionalmente, y es un momento de ruptura con lo monótono del trabajo: vacacionar, hacer algo que no tenga que ver con el trabajo, salir de la rutina.

Pero en el marco de este vacacionar, muchas veces la lógica que impera es la de salir, viajar, y ahí nuevamente el diablo mete la cola porque eso insume esfuerzo, dinero, en definitiva: trabajo.

Ahí entramos en la cuestión del OCIO. Que muy escuetamente podría resumirse en "hacer nada".
Lo contrario a "producir", "hacer nada" es una pérdida de tiempo en la lógica de la renta capitalista.

Hay que hacer nada en vacaciones para disfrutar de la ruptura de la monotonía diaria del rutinario trabajo. Hay que "pasar el verano" para desconectarse.

Hay que "pasar el verano" a pesar del calor, a pesar de la presión atmosférica y de los bolsillos flacos en un tiempo de "vacas flacas" con la ilusión y la esperanza de "vacas gordas".

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