#ChileDuele. #ChileSangra. #ChileDespierta

La escalada en la tensión social que se vió en los últimos cinco días en el hermano país de Chile sorprende, asombra, indigna, interpela y duele.

Sorprende la explosión de acciones violentas, la diversidad de imágenes impactantes de violencia, represión, choques de manifestaciones y represión militarizada. Con postales tán disímiles como las barricadas incendiadas en pleno centro de Santiago; las llamas consumiendo un centro comercial; los golpes recibidos en las espaldas de los ciudadanos, tratados como ganado al paso de los carabineros.

Asombra la velocidad con que se desataron los hechos: desde la impuesta medida de aumentar el valor del subterraneo en Santiago, con repercusión directa en el bolsillo de los trabajadores chilenos que les implicaba un 30 por ciento de incremento en los costos. Hasta la explosión de manifestaciones en respuesta a una medida "impuesta", inconsulta y sobradora de un gobierno que desnudó su estirpe elitista frente a un pueblo castigado y ninguneado, que desató toda su furia en las calles de toda Chile.

Indigna el tratamiento de muchos medios nacionales e internacionales sobre las protestas; indigna la feróz represión desatada cuasi descontroladamente sobre estudiantes, trabajadores y todos los ciudadanos comunes de Chile; indigna la impunidad con que los Carabineros descargan toda su furia en "masacrar" la dignidad de los "nadies" con una feróz violencia que recuerda los años de plomo de la dictadura pinochetista; indigna la falta de empatía de un gobierno que nunca miró ni le importó la población más vulnerable; indigna la muerte en vivo, arrojada desde una camioneta de los carabineros a la pasada, captada por los "reporteros de lo cotidiano", los ciudadanos de a pié; indigna la voz de la "Primera Dama" de Chile que habla de "disminuir nuestros privilegios".

Interpela tanta violencia contenida, tanta sangre derramada, tanta muerte no computada. Interpela el modelo chileno a los gobiernos de la región sobre las políticas económicas a futuro. Interpela a los partidos políticos sobre el rol que deben tener, de cara a una sociedad agotada. Interpela a los medios y periodistas sobre su tarea de informar con transparencia y en lo posible "objetividad profesional".
Interpela a todos tanto odio contenido, tanta violencia y dignidad mansillada.

Duele hoy un Chile que camina por el sendero de la muerte, de la represión y la violencia desatada. Duele Chile. Duele un Chile que supo caminar por la democracia de la mano de Alende. Duele un Chile sometido, reprimido. Duele un Chile sin Victor Jara, sin Violeta Parra, sin tantos vivos, hoy reprimidos, muertos y asesinados.

Hoy Chile Duele. Chile Sangra. Ojalá, HOY, Chile Despierte.
Ojalá. Piero

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