El 6A: una movida de ajedrez que ejecutan los peones

Ganar el centro del tablero es una de las premisas estratégicas en el juego del ajedrez para ganar una partida.
El paro del 6 de abril fue un intento desde las dirigencias sindicales nucleadas en la CGT, de ganar el centro del tablero, en una jugada que tuvo más de medida obligada, que de sincera metodología negociadora.
No obstante la presión de las bases que comienzan a exigir señales claras de los gremialistas, la sociedad en general y la clase media en particular, empiezan a cuestionar, desde la comodidad del living, las figuras de muchos representantes de los trabajadores.
Y es que varios de los nombres que encabezan las centrales obreras, son figuras emblemáticas, con peso histórico pero con una trayectoria que, para muchos, no supera un análisis comparativo - pocos pueden salir indemnes a un archivo de noticias - donde siguen siendo los mismos nombres, las mismas figuritas que continúan.
El paro del 6 de abril fue "contundente" para algunos - la CGT así lo calificó - para otros fue un "parazo" donde la movilidad de los militantes de izquierda intentó forzar el jaque al gobierno.
Con el apoyo necesario de los gremios del transporte, el paro tuvo un efecto multiplicador.
La sumatoria de las CTAs, mayoritariamente con la participación de gremios estatales, aportó cierto cariz que viene desarrollándose desde hace un mes, en la provincia de Buenos Aires, pero que encuentra cierto nivel de agotamiento e insensibilidad de la población.
El ejemplo paradojal es la lucha de los docentes, no solo en la provincia, sino a nivel nacional: a medida que las semanas avanzan y los paros se continúan, el acatamiento ha venido disminuyendo notablemente. Esto ha obligado a los gremios a cambiar las estrategias de negociación.
Y acá se ve la importancia de "los peones", la incidencia de los trabajadores en las bases que hace un tiempo comenzaron a cuestionar las posiciones y posturas de la dirigencia sindical.
Si algo ha dejado en claro este paro y las movilizaciones anteriores, es la, cada vez más notable incidencia de las bases y su malestar: por la situación general con la caída del poder adquisitivo, el poco porcentaje de recupero en la negociación paritaria salarial y la poca recepción en los empresarios y funcionarios de los reclamos.
Las bases comienzan a presionar: hacia arriba, a los dirigentes, desde la inquisición directa hasta el desinterés y falta de apoyo; hacia el gobierno, desde cierta apatía en el descreimiento de las promesas y el malestar por las medidas políticas económicas tomadas en los últimos tiempos.
El tablero está caliente: las piezas comienzan a moverse para tomar el centro y desde allí, generar las tomas de posiciones y los desplazamientos hacia objetivos cada vez más definidos. En un año electoral, el fin de la partida será el voto. Mientras tanto, las piezas se desplazan y ganan lugares en la discusión y planteos de los temas.

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